Fue emocionante cantar con los 46 musicos de la Orquesta Juan de Dios Filiberto bajo la dirección musical de Néstor Marconi. Néstor y yo ya habíamos compartido la experiencia inolvidable de interpretar “María de Buenos Aires,” la ópera-tango de Ferrer y Piazzolla, en Munich en 1999. Pero la sensación de cantar con la fuerza de toda una orquesta atrás es algo que hay que vivir para creer.